Como todos los años, quiero intentar hacer un pequeño escrito para el orgullo de este 2017.
No siempre es fácil porque, al pretender hacer un pequeño repaso del año, me doy cuenta de que la edad no perdona y hay cosas que no las tengo tan frescas. Por suerte, o por desgracia, a la gente de mi alrededor se le ocurre, sin intención, sacar a la luz aquellas cosas de las que quiero hablar.
Empecemos por algo que en lo personal no me gusta. Ya hablé en su momento de las etiquetas. Pulsa aquí para ir allí.
Uno de los carteles que más jode son los de: SOY/SON PERSONA/S, SOY/SON HUMANO/S.
¡Nos ha jodido! Pues claro que soy humano y persona. Hasta ahora mi biología no me identifica como animal ni como alienígena. Pero estas acuñaciones neoliberales, CUÑADAS como le diríamos en España. Vienen a ser como si le escupieras a un gay, lesbiana, transexual… “Eh, que eres persona y hay que quererte igual”. A ver estimados amigos nuestros. Sabemos que somos personas, sabemos que lo hacéis con la mejor de las intenciones, pero no caigáis en el absurdo y feo policorrectismo, normalizador y ocultador. Sednos sinceros, en parte es mejor. Prefiero que me digas no lo entiendo y que yo pueda explicártelo a que me pongas una imagen que me hervirá la sangre cada vez que la veo en las redes sociales.
En el último año, me he concienciado cada día con más convicción, de que soy un hombre cisgénero, homosexual y feminista. Y la clave está en la “Y”, ahora veréis por qué. Imaginad por un momento, que el día de la mujer trabajadora, yo cuelgo un cartel que reza lo siguiente (ojito que esto va a escocer a algunas personas).
“FELICIDADES A TODAS LAS MUJERES, PORQUE TAMBIÉN SON PERSONAS HUMANAS”

Algunos me diréis. ¡Eso es una tontería! O ¡Eso no tiene nada que ver! Y yo entonces os pregunto, ¿por qué es una tontería o una necedad cuando se dirige a la mujer y no cuando se dirige al colectivo LGTB+? ¿Acaso no tenemos los mismos derechos que cualquier ser humano? ¿Por qué seguimos siendo ninguneados detrás de palabras como PERSONA o HUMANO?
Pues al igual que el movimiento feminista, con el cual vamos cogidos de la mano, nos parece absurda esta política neomachista de tapar todo aquello que nos molesta y convertirlo en cosas, que les gusta cosificar, que sean fácilmente apartables e inofensivas. ¿Que hay más inofensivo que una persona humana?
Porque como he defendido siempre, a día de hoy el colectivo necesita sus etiquetas. No podemos dejar en manos de la heteronormalidad que se nos anule, que se nos deje en un ladito, sin que se nos vea, sin molestar. Por eso siempre salen los imbéciles de turno con las siguientes proclamas. Las cuales, por mero gusto y por no irlo repitiendo, voy a ir desglosando; también os pondré la cara que se me queda cuando me lo preguntan o dicen.
¿Y el orgullo hetero?
Esta es fácil de contestar. Cuando por ser hetero no tengas las mismas leyes que la mayoría, cuando te puedan pegar en la calle por ser hetero, echarte de casa porque tus padres no te toleran, cuando en un país te puedan matar por ser hetero, cuando una religión te discrimine por ser hetero… Entonces, cuando consigas ser una minoría afectada por tu condición heterosexual, podrás tener tu orgullo hetero.
¡Porque a mí, estos gais que van desnudos, trasvestidos o en tanga no me representan!
En realidad, te representan muchísimo más que los que se quedan en casa echando espuma por la boca. Recuerda que la que empezó la revuelta en Stonewall fue una negra y travesti. La libertad de ser homosexual, bisexual, transexual, queer… Esa misma libertad, que me permite disfrutar de “mi celebración de orgullo”, por haber sobrevivido a toda la mierda que me ha lanzado la gente a lo largo de mi vida y que gente como tú los apoya desde la valla. Además, no te veo demonizando el carnaval de Brasil, que los hombres se vistan de putas en carnaval, o que las tías vayan medio despelotadas con disfraces sexys, o de las celebraciones desmesuradas y violentas de los logros del equipo de futbol de turno.
¡Pero van desnudos! ¿Nadie piensa en los niños?
La verdad es que, si pensamos en los niños, nos gusta pensar que, en algún momento de su vida, dejarán de estar influenciados por sus padres y tendrán sus propios pensamientos. Quitando la sexualización que se le da al desnudo, los niños son niños y no sexualizan la desnudez como sí hacen los adultos. Pregúntate por qué te ofende a ti y no a tu hijo.
Yo tengo muchos amigos gais.
Pastalacabra…
No me gusta que con mis impuestos se paguen fiestas para los gais.
A mí no me gusta que se gasten millones en fiestas para los equipos de fútbol que ganan una liga o la champios. No me gusta el fútbol. O que se gasten millones para ponerle una alfombra roja a un líder religioso cuando soy ateo.
Podría continuar con preguntas de este tipo casi hasta el final de los tiempos.
Ahora quiero hablar de la bandera. ¿Os imagináis que el día de España, me presentara con la bandera equivocada? En vez del escudo real, usara la del águila franquista, ya ni siquiera la republicana que sería una provocación mayor. O si me presento en Irlanda el día de san Patricio con la bandera de costa de marfil (que básicamente esta al revés). Hablo de usar la bandera que no toca. Pues eso me pasa a mi cuando la gente, con buena intención, se pone marcos de FB o banderitas en sus muros con la bandera que no toca. Que de buenas intenciones está lleno el mundo, pero no cuesta nada, de verdad, no cuesta nada informarse y respetar.
Las buenas intenciones son aquellas que se hacen bien, el resto… se queda en un intento, y no te harán quedar bien para aquello que quieres apoyar.
Esta es la bandera comunitaria para el colectivo (luego cada «letra», tiene la suya propia, menos los gais que somos muy vagos y nos hemos quedado con la genérica). Desde 1979 la conforman 6 colores.
A veces se confunde con esta: Que es la bandera inca o también de la paz, 7 colores.
Volvamos al tema que nos ocupa. El orgullo. Esta fiesta reivindicativa —sí querida amiga, es una fiesta y a la vez es una reivindicación—, no se celebra por gusto, por placer o porque nos dé la real gana. Se celebra porque lo necesitamos, el día que no se nos juzgue, ni se nos persiga, ni se nos mate, y nadie nos cuestione ningún derecho, en ese instante, yo colgaré mi bandera de 6 colores y me buscaré otra excusa para ir en tanga por la calle (nótese aquí la grandiosa ironía final).
No está mal que se nos marque la diferencia, el problema está cuando esa diferencia es la base para discriminarnos. Sé que estoy muy reivindicativo estos días por las redes, y que parece que me gusta discutir por discutir, pero recordad que lo que estoy intentando es haceros entender otro punto de vista, no imponéroslo.
Esto amigos míos, es solo un poco de lo que ocurre por mi mente, podría hacer un decálogo y una exposición mucho más amplia, pero es mi semana del orgullo y prefiero disfrutarla.
Y para despedirme… el gif que todos estaban esperando…
Me encantooooooooooooooooooooooooooooooo (en especial las «caritas» jajaja) BRAVO!!!!